ORIGEN Y DESARROLLO DE LAS IDEAS ANARQUISTAS
Es
evidente que la teoría anarquista no surgió de una pieza,
armada y presta a formularse, de una sola cabeza. Hasta llegar a la formulación
de un Godwin, de un Proudhon, a la tesis polémica de un Bakunin,
pasó por un largo período de maduración que se extiende
desde los filósofos griegos, el pensamiento chino de Lao Tsé
hasta nuestros días, pasando por la Edad Media, el Siglo de Oro
español, el Renacimiento italiano, la Revolución francesa
sin olvidar las agitaciones sociales del siglo XIX en Rusia, Italia, España,
Francia, Alemania y la aportación de los economistas ingleses.
Sócrates, Heráclito, Demócrito, Epicuro, Epicteto
Diógenes, Platón, Aristóteles, en el conjunto de su
concepción filosófica aparecen ideas sobre el hombre, la
vida, las pasiones, la sociedad, en las que hay atisbos de crítica
común a lo que más tarde debía ser pensamiento anarquista.
En los primeros apóstoles del cristianismo, las formulaciones aparecen
aún más claras. En la propia Edad Media, calificada como
período de máximo oscurantismo, fueron numerosos los pensadores
que expusieron teorías audaces, demoledoras, socialmente hablando.
En nuestro Siglo de Oro, el pensamiento ya se afina y se perfila. Baste
sólo recordar el Discurso a los pastores del inmortal Cervantes.
Rabelais, Montaigne, Restif de la Bretonne, aportaron ya ideas concretas.
El "Haz lo que quieras" rabelaisiano, inscrito en el pórtico de
la abadía de Thelème, es todo un poema y todo un programa.
En las Utopías aparecidas por esa época -"La Ciudad del Sol",
de Campanella y la "Utopía", de Tomás Moro- por el contrario,
la obsesión autoritaria aparece muy presente. Pero, en cambio, en
obras literarias del Renacimiento italiano, y sobre todo en las personas
y el pensamiento de algunos de sus hombres -Vanini, Leonardo da Vinci,
Giordano Bruno, Miguel Servet, Luis Vives, San Juan de la Cruz, por no
citar más que algunos, se muestran las aspiraciones a la libertad,
la concepción de un hombre en plena posesión de sus derechos
individuales y deseando la justicia, la igualdad, la fraternidad sobre
la tierra.
Pero es en el siglo XVIII, antes y durante la Revolución francesa,
como las ideas más definidamente libertarias florecen y se manifiestan
los llamados enciclopedistas y los hombres que prepararon en las conciencias
la Revolución, llevaban ya en ellos las fórmulas que más
tarde expresaran con mayor coordinación y fuerza, Proudhon en Francia,
Pi y Margall en España. La aparición del famoso libro de
Godwin "Investigación sobre la justicia política" y de la
primera Declaración de los Derechos del Hombre de Paine,san ya considerados
formando parte de los clásicos del anarquismo. En ellos, y en Coeurderoy,
Rousseau, La Boetie, Bellegarrigue y Dejacques , encontraron Proudhon y
Bakunin principios y críticas por ellos ampliados y profundizados.
En, los años II, III y IV de la Revolución francesa, cuando
se escribe y se pronuncia por primera vez la palabra "anarquistas", como
sinónimo de hombres con un pensamiento social y político
revolucionario. El grupo de Los Iguales, Babeuf y sus amigos, fueron calificados
de "anarquistas". Hubo incluso un joven barón alemán, Clotz,
subyugado por los principios de libertad, igualdad y fraternidad de la
Revolución, que los hizo suyos y que transformó su nombre
patronímico convirtiéndolo en Anarchasis.
No es posible tampoco pasar sin citar la aportación al anarquismo
de los individualistas americanos, sobre todo de Thoreau, Mackay, Tucker
y Warren, que tanto contribuyeron a la evolución de la literatura
y del pensamiento americano. No hay que olvidar que en un memento dado,
hasta políticos como Jefferson, sintieron simpatía por el
anarquismo. Ello explica el auge obtenido en Estados Unidos por el Movimiento
Libertario, que llevó a la burguesía americana a buscar el
pretexto para destruir la serie de organizaciones de grupos y de periódicos
que existían en U.S.A. en los años 1880. El pretexto fue
la huelga en la fábrica MacCormick de Chicago, la bomba arrojada
contra la policía, obra probablemente de un agente provocador, el
arresto y condena a muerte de los mártires de Chicago que dio origen
al 1." de Mayo en 1886.
Figura señera del movimiento y de la literatura anarquista americana
fue una mujer, muerta desgraciadamente muy pronto, Voltaire de Cleyre,
hija de emigrados franceses y cuyo aporte como escritora y como poetisa
es inestimable.
En otro capítulo de este estudio, al tratar del anarquismo internacional
desde la Revolución rusa de 1917 a la Revolución española
de 1936, hablaremos de otra mujer excepcional, Emma Goldmann. Aunque de
origen ruso, la mayor parte de la vida de Emma Goldmann y del que fue su
compañero, Alejandro Berkman, transcurrió en Norteamérica.
En Estados Unidos, como obra extraordinaria y perdurable, se citará
siempre lo que fueron las joyas tipográficas, realizadas por un
hombre que editó con amor y arte exquisitos diferentes obras maestras
de la literatura libertaria universal y singularmente de Thoreau, Kropotkin,
Reclus y Voltairine de Cleyre: Joseph Ishill, fundador de la célebre
colección "Prensa de la Oropéndola". Nettlau lo admiraba
profundamente y a la obra de Ishill dedicó un escrito.
Tampoco puede desdeñarse la aportación de los individualistas
alemanes como Max Stirner, Nietzsche. Del primero citemos "EI Único
y su Propietario" y del segundo "El Anticristo", "Así hablaba Zarathustra",
"Genealogía de la Moral", "La Gaya Ciencia", etc., que tanta influencia
tuvieron entre la juventud de fines del siglo XIX y principios del XX.
Pero sería injusto olvidar lo que aportaron a las ideas libertarias,
la obra y la acción de hombres como Juan Most, Gustavo Landauer,
Rudolf Rocker, Max Nettlau, el austriaco Pierre Ramus y Fritz Kater, primer
secretario de la Asociación Internacional de los Trabajadores, fiel
a la Iínea bakuniniana, reconstruida en Berlín en 1922 y
que pese a los múltiples avatares y persecuciones sufridas por las
sindicales que la integran en los diversos países, la mayor parte
caídos bajo regímenes de dictadura, aún existe.
Inglaterra fue, como Suiza, lugar de refugio, a últimos del siglo
XIX, de perseguidos políticos. Allí fueron a parar Malatesta
huyendo de Italia, Kropotkin, expulsado de Suiza y de Francia, Fernando
Tarrida del Mármol, ingeniero y anarquista español, expulsado
de España. Todos estos hombres aportaron al movimiento anarquista
inglés y a la cultura británica en general contribuciones
valiosas. Buena parte de la producción literaria de Kropotkin, así
como Tarrida del Mármol, apareció en la famosa "Nineteenth
Century", la célebre revista científica que fue exponente
de las más audaces teorías.
Pero cabe recordar que Godwin y su "Investigación sobre la justicia
política" están en los orígenes del anarquismo; que
Darwin, con su teoría de la evolución de las especies, y
Herbert Spencer, con su ·El Hombre contra el Estado·, sin
ser anarquistas, verificaron y dieron base a numerosas afirmaciones libertarias.
Es en inglés donde se editó, por primera vez, lo que consideramos
obra fundamental de Kropotkin, "Ética: Origen y evolución
de la moral" Sin calificarse específicamente de anarquistas, hubo
hombres, como el poeta Shelley, primero, y el escritor William Morris,
después, que expusieron ideas completamente libertarias y que nosotros
consideramos como poetas y pensadores tan estrechamente emparentados con
el anarquismo como lo fue Guyau en Francia. Tampoco es posible desdeñar
el aporte de los economistas, como Stuart Mill y Henry James, entre muchos
otros, cuya crítica y cuyo análisis fueron importantes y
sirvieron de base a mucha argumentación libertaria.
En el terreno que nos es propio, la obra realizada por la revista "Freedom"
llena varios años de actividades del movimiento libertario en Gran
Bretaña.
En Bélgica, durante un período agitado de luchas políticas
en Francia y en Alemania, se reencontraron allí también muchos
hombres perseguidos por los gobiernos de los países en que nacieron
o que, por oposición a los regímenes allí establecidos,
en Bruselas buscaron asilo. Aparte el más conocido e ilustre de
estos emigrados, Victor Hugo, no hay que olvidar la parte activa que tuvo
en la creación y funcionamiento de la llamada Universidad Libre
de Bruselas, nuestro compañero Eliseo Reclus, profesor en ella.
Naturales de Bélgica y figuras destacadas e insignes, cabe citar
los nombres del filósofo Paul Gille, autor de "La gran metamorfosis"
y del publicista Ernestan, cuyos escritos, de una limpidez y una elegancia
de estilo inimitables, continúan siendo de actualidad permanente.
Más cerca de nosotros, tampoco es desdeñable la obra realizada
por Hem Day y sus cuadernos "Pensamiento y acción".
En Holanda, una figura lo domina todo y ella sola basta para que el nombre
de los Países Bajos ocupe lugar predilecto en este pequeño
recuento de figuras libertarias: el de Domela Niewenhuis, uno de los pocos
anarquistas que poseen un monumento público. La estatua de Domela
domina el puerto de Amsterdam y dice el grado de influencia y el enorme
prestigio adquirido por este hombre, uno de los mejores y más profundos
pensadores anarquistas.
Bakunin tuvo en Holanda amigos fieles, que le ayudaron en su combate, como
César de Paepe, que apoyó la actitud de su compañero
en sus luchas contra Marx, que no vaciló en calificar a Miguel Bakunin
de "agente del zarismo". Tal infamia ha sido recogida por discípulos
de Marx, cuando de atacar y de difamar a los anarquistas se ha tratado.
En Rusia el nihilismo fue poco a poco adquiriendo fisionomía ideológica.
Primero fue un movimiento de protesta y de acción contra los abuses
y atrocidades del zarismo.
Por ejemplo, los llamados diciembristas no tenían características
ideológicas muy definidas. Estaban movidos por un espíritu
de justicia y por la vaga influencia del hegelianismo, pero aún
no habían llegado a conclusión alguna. En ese ambiente de
agitación casi mística se forjó el joven Bakunin y,
con él, los primeros socialistas revolucionarios que, más
tarde, se definieron como anarquistas.
Fue asimismo en ese clima de luchas, de persecuciones, de sacrificios y
de actos individuales desesperados, como se formaron, surgieron e irradiaron
hacia el mundo, el anarquismo científico del príncipe Pedro
Kropotkin y el anarquismo cristiano del conde Leon Tolstoy.
Hay países en donde las ideas libertarias adquirieron más
rápidamente influencia y difusión. En Francia, después
de La Commune, se produjo un período de enorme actividad anarquista.
Figuras como la de Luisa Michel, Sebastián Faure, Carlos Malato,
Juan Grave y tantos otros que sucedieron a los Reclus y demás pensadores
que, a su vez, habían ampliado Y definido el pensamiento proudhoniano,
crearon periódicos, revistas y, unidos a los obreros sindicalistas
revolucionarios como Pataud, Pouget, Pelloutier, Grifuelhes, etc.., constituyeron
en 1905 la C.G.T.
Señalemos, para ilustración de los lectores, que de ese período
del anarquismo en Francia, extraordinariamente rico, en el que florecieron
numerosas revistas, como «Le Temps Nouveauxu, fundada por Kropotkin
y continuada por Grave y en que nació "Le Libertaire", fundado por
Luisa Michel y Sebastián Faure, la historia general apenas hace
referencia. Lo que de él retiene, son los nombres de los que realizaron
actos de terror, movidos por la desesperación Y guiados por las
reacciones de sus temperamentos. Se cita a Vaillant, a Emilio Henry, a
Ravachol; pero no se habla de Reclus, de Kropotkin, de Jean-Marie Guyau,
estrechamente emparentados con el anarquismo y tantos otros.
Se citan los actos de Ravachol, pero no se dice que en aquellos tiempos
aparecieron obras fundamentales como "El Hombre y la Tierra" y la "Geografía
Universal" de los hermanos Reclus, "La Conquista del Pan", "El Apoyo Mutuo",
"Campos, fábricas y talleres" de Kropotkin, "Ensayo sobre una moral
sin obligación ni sanción", "La irreligión del porvenir",
"El Arte desde el punto de vista sociológico", de Guyau, "La sociedad
moribunda y la anarquía", de Grave, "El dolor universal" de S. Faure.
Y paramos la lista, que se haría interminable. Siempre se ha procurado
desfigurar al anarquismo y destacar sólo de él los aspectos
de violencia o de ilegalismo. Así también, de los anos que
precedieron a la primera guerra mundial, al tratarse del anarquismo, en
Francia, no se cita más que la "banda Bonnot". Para nada se habla
de las actividades culturales, sociológicas y sindicales de los
anarquistas, como hemos dicho antes, primeros y auténticos creadores
de la C.G.T. y del sindicalismo revolucionario.
En Italia, al producirse la división de la Primera Internacional,
una parte siguiendo el pensamiento político de Carlos Marx, partidario
de la acción múltiple y de la intervención parlamentaria
y otra, la posición de Miguel Bakunin, partidario de la acción
directa y revolucionaria contra el Capitalismo y el Estado, sin admitir
la actuación política y mucho menos parlamentaria, convencido
de que los socialistas que intervendrían en ella serían fatalmente
absorbidos por el Estado al servicio de las clases dirigentes y poseedoras
en Italia, repetimos, el movimiento anarquista adquirió inusitado
auge e influencia. Justo es decir que en Italia surgieron figuras magníficas
de pensadores y de revolucionarios, pertenecientes a todas las clases sociales,
desde el aristocrático Duque de Pisacane, protector de Bakunin al
que tanto ayudó financieramente, hasta el humilde obrero electricista
Enrique Malatesta, pasando por grandes abogados como Pedro Gori y hombres
de acción y de pensamiento como Giovanni Bovio, Cafiero y Merlino.
La realidad es que en Italia ha existido siempre un movimiento anarquista
prestigioso y respetado, hasta por Mussolini, que tuvo a gala conservar
en vida y en libertad vigilada a Malatesta, considerando que con ese gesto
se honraba al fascismo, que respetaba a la figura más prestigiosa
de un ideal que nunca cesó de inspirar simpatía a los italianos.
Por eso, al producirse en 1945 la caída del fascismo resurgió
con fuerza en Italia el movimiento libertario, aunque tradicionalmente
muy influenciado por el individualismo.
En Rusia a donde había acudido a aportar su concurso a la revolución
de 1936. murió a manos de los agentes rusos, en mayo de 1937. el
pensador e historiador Camilo Berneri. Diseminados por el mundo, sobre
todo en América latina, actuaron y vivieron grandes figuras del
pensamiento anarquista italiano como Luigi Fabbri, Hugo Treni, Armando
Borghi, Virgilia d'andrea y muchos otros.
Durante todo el siglo XIX y parte del XX, Suiza fue uno de los centros
de reunión internacional de las anarquistas. Los rusos, perseguidos,
allí iban a parar. Allí murió Bakunin. Y cuando se
produjo la división de la Internacional, la Federación del
Jura, una de las más importantes de la Primera Internacional, siguió
la línea bakuninista. Había una potente organización
obrera -la de los relojeros- y hubo un hombre, amigo personal de Bakunin,
que tuvo enorme influencia sobre el proletariado suizo y los diversos grupos
étnicos en Suiza refugiados. Nos referimos a James Guillaume. Muerto
éste, le sucedió, en la misma obra y con' considerable influencía,
Luigi Bertoni, que publicó durante largos años, "Le Réveil-Il
Risveglio", revista en francés y en italiano, que había sido
fundada por el propio Kropotkin, que en Suiza vivió también
varios anos refugiado.
En América latina, donde mayor influencia e irradiación adquirió
el anarquismo fue en Argentina. Es allí donde existió la
única organización obrera que se calificó a sí
misma de anarquista, la F.O.R.A. Se publicó allí un diario
anarquista, órgano de la F.O.R.A., "La Protesta", que además
constituyó una de las mejores bibliotecas de ediciones existente
en el mundo a fines y principios de siglo. Nettlau publicó en ella
diferentes obras de historia y allí empezaron a editarse las obras
completas de Bakunin en español. Allí apareció la
primera edición española de "Ética: origen y evolución
de la moral" de Pedro Kropotkin.
El anarquismo argentino contó con grandes escritores, como José
Ingenieros, Rodolfo González Pacheco, Teodoro Antilli, Emilio López
Arango, con excelentes poetas, como Alberto Ghiraldo y Herminia Brumana.
A primeros de siglo realizaron Luisa Michel y Pedro Gori una histórica
labor de propaganda. Que ganó para el anarquismo miles de adeptos
en diferentes lugares de Hispano-America. Todo esto duró hasta que
las dictaduras, de Incloyen primero, de Uriburu después. lo aniquilasen
todo encarcelando, deportando a los hombres más representativos
de la izquierda y suprimiendo la prensa, ediciones y organizaciones obreras
y políticas.
Hubo otros hombres, a caballo sobre diversas nacionalidades y países,
como Rafael Barret, nacido en España, pero que vivió en la
Argentina, hijo de padre inglés y de madre española, como
Enrique Nido y Pierre Quiroule, asiduos colaboradores de "La Protesta",
pero que habían ido a parar allí después de múltiples
avatares.
En México. la Revolución de 1910 estuvo profundamente marcada
por la influencia anarquista, a través de la acción y de
la presencia de tres hombres, entre otros muchos, que dejaron huella indeleble:
Librado Rivers, Ricardo Flores Magón y Práxedes G. Guerrero,
a quien se debe la frase de que más tarde de apoderó la Pasionaria;
"Vale más morir de pie que vivir de rodillas". De pie murió
Guerrero, ya que dio su vida por la libertad y los derechos de los campesinos
mexicanos.
En el Perú, el anarquista González Prada es hoy considerado
como un maestro de periodistas y de escritores, pues su estilo, la profundidad
de su pensamiento hacen de él un hombre realmente excepcional.
Es imposible detallar todo lo que ha sido la influencia anarquista en ambas
Américas y a través de los diferentes países.
El mundo ignora lo que ha sido la labor propagandística, cultural,
de liberación de las conciencias y simplemente las manifestaciones
artísticas del pensamiento mundial del anarquismo.
No puede esta breve síntesis dar más que una ligera idea
de ello.