¿Por qué el Foro Social Mundial?
Brasil se prepara para recibir movimientos populares de todo el mundo, que estarán en Porto Alegre (RS) al final de enero, por ocasión del primer Foro Social Mundial. ¿Qué representa un evento como éste, en pleno cambio del milenio?
Después de la Segunda Guerra (1939-45) la integración de la economía internacional -"globalización"- viene en aumento. Al final del siglo 20, el declive del período entre guerras se invirtió, llegando al nivel anterior a la Primera Guerra (1914-18) en números brutos - volumen del comercio relativo al tamaño de la economía global, por ejemplo. No obstante, la situación hoy es mucho más compleja.
En el período de la post-guerra, la integración pasó por dos fases:
1. El período de Bretton Woods hasta el inicio de los años 70, cuando las tasas de cambio eran reguladas y había control sobre el movimiento del capital.
2. El período desde el desmantelamiento del sistema Bretton Woods. Esas dos fases son totalmente diferentes.
Por buenos motivos, muchos economistas se refieren a la primera fase como los "años dorados" del capitalismo industrial y a la segunda como los "años pesados", cuando se verifica un nítido deterioro de los índices macroeconómicos en el mundo entero (tasas de crecimiento, productividad, inversión, etc.), además de una creciente desigualdad social.
La segunda fase es normalmente conocida como "globalización". Esa fase es asociada a las llamadas políticas neoliberales: ajuste estructural y "reformas", de acuerdo con el "Consenso de Washington". Esas políticas son aplicadas en la mayoría de los países del Tercer Mundo y, desde 1990, fueron también implementadas en las "economías en transición" del Este Europeo. Otra versión de esas mismas políticas se destina a los propios países industrialmente avanzados, más significativamente a los Estados Unidos y al Reino Unido.
Mercantilismo de las corporaciones
En los Estados Unidos, el país más rico del Globo, los salarios de la mayoría de los trabajadores se congelaron o cayeron, las horas de trabajo aumentaron drásticamente, mientras los beneficios y el sistema de seguridad fueron reducidos. Durante los "años dorados" los indicadores sociales seguían al PIB. A partir de la mitad de los años 70, esos indicadores vienen declinando regularmente, alcanzando índices de 40 años atrás.
La globalización contemporánea es descrita como una expansión del "libre comercio", mas tal denominación es engañosa. La mayor parte del comercio mundial es, de hecho, operada centralmente por medio de contratos entre grandes empresas. Más allá de eso hay una fuerte tendencia a la formación de oligopolios y de alianzas estratégicas entre grandes empresas en muchos sectores de la economía. Ese proceso normalmente cuenta con un amplio apoyo del Estado a fin de socializar los riesgos y los costos de las empresas. Esa característica ha marcado la economía estadounidense en las últimas décadas.
Los acuerdos internacionales de "libre comercio" envuelven una intrinca combinación de liberalización y proteccionismo en muchos sectores estratégicos, como en el caso de la industria farmacéutica, permitiendo que megacorporaciones recauden ganancias enormes con el monopolio de los precios de las medicinas que, a su vez, fueron desarrolladas con una substancial contribución del sector público. Otra característica importante de los llamados "años pesados" ha sido la enorme expansión del volumen de circulación del capital especulativo de corto plazo, lo que limita drásticamente las posibilidades de planificación de los gobiernos y, consecuentemente, restringe la soberanía popular dentro de los sistemas políticos democráticos.
Hoy, la configuración del "comercio" es muy diferente de aquella en el período anterior a la Primera Guerra. Gran parte de ese comercio consiste en flujos de manufacturas para los países ricos y es controlado por grande empresas.
Esas prácticas, más allá de la constante amenaza de las empresas de transferir sus producción de un país a otro, representan un arma poderosa contra los trabajadores y contra la propia democracia. El sistema emergente puede ser clasificado como "mercantilismo de las corporaciones", donde decisiones sobre relaciones sociales, económicas y políticas son cada vez más centradas en instituciones privadas, sin ningún mecanismo de control social. Esa concentración de poder hace recordar "las herramientas y los tiranos del gobierno", en la frase memorable de James Madison, alertando ante las amenazas a la democracia que el notara hace dos siglos.
Era de esperase que esa segunda fase del período post-guerra haya desencadenado protestas significativas y oposición pública de diversas formas en todo el mundo. El Foro Social Mundial proporciona una oportunidad sin precedentes para la unión de fuerzas populares de los más diversos sectores, en los países ricos y pobres, en el sentido de desarrollar alternativas constructivas en defensa de la aplastante mayoría de la población mundial que sufre constantes agresiones a los derechos humanos fundamentales. Esa es también una importante oportunidad para avanzar en el sentido de debilitar las concentraciones ilegítimas de poder y extender los dominios de la justicia y de la libertad.
Publicado en Rebelión.org - 26/11/2000